Comida en una casa de familia

Este recuerdo empieza con algunas frases que quedaron después de aquel día:

“Una familia que se repite y se transforma fácilmente en todas las familias.

Sentarse en torno a la mesa y hablar de comida, de ciudades, de variaciones idiomáticas. La confluencia de uno y otro lenguaje como en un juego sin reglas. Los movimientos fáciles y expertos de la madre alrededor de los objetos de cocina; la destreza en la sustitución de un plato por otro sin que haya ruptura de los ritmos de la media tarde. Así hasta el final, desde los primeros vasos de vino casero hasta el sorbo de la última gota de café, antes del licor de mirto.

La conversación fascinante de una pareja mayor que calla o participa en cada instante preciso. El intercambio de historias sobre la fundación de la isla, aquello que revela su propia presencia en mitad de la mesa y que no acaba por ubicarse de la forma correcta en el tiempo.”

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